La Iglesia no está ajena a esta situación. Ya el Concilio Vaticano II marcó las líneas generales a seguir, reconociendo la labor de los profesionales de la comunicación y valorando positivamente el mucho bien que pueden hacer “los altavoces” de nuestra sociedad.
Pero los ritmos eclesiales son lentos por naturaleza. La Iglesia en Italia, por ejemplo, está en primera fila gestionando la información, comunicando con modernidad, descubriendo la “pastoral de la comunicación” y ejerciendo un liderazgo agradecido para toda la Iglesia que peregrina en el mundo. España se encuentra en proceso, aunque bien es cierto que “muchas líneas de tren ya se han perdido”.
Y como no podía ser de otra manera, CVX apuesta en este momento por introducirse en este nuevo mundo pastoral por varias razones: porque nuestra misión está en esta sociedad actual y debemos empaparnos de ella; y porque somos seres que comunicamos siempre y debemos aprovechar las herramientas que nos ayudarán a ofrecer el mensaje. En este sentido, CVX en España acaba de crear un nuevo equipo apostólico, el de comunicación.
Ya no se trata de “hacer una revista”, ni siquiera de informar de actividades a miembros de las comunidades. Se trata de COMUNICAR, y el ejemplo está en los Evangelios. ¿Cómo comunicaba Jesús? ¿Cuáles eran sus actitudes a la hora de comunicar? Porque comunicamos con las palabras, con los gestos, con un cartel, con una sala de reuniones; comunicamos con una vela, con la cruz en la pared, con una sonrisa; comunicamos con la escucha atenta, con el silencio, con nuestra ropa, con nuestro color; comunicamos con nuestras miradas, con nuestra acogida. Comunicamos a nivel individual y a nivel eclesial.
Desde aquí agradecemos la labor callada de Rosa Cubillo, quien inició el boletín, la etapa de Barcelona, Gemma Fraile y Quique Falcón quienes durante estos años han trabajado para sacar adelante una revista que intenta unirnos y descubrirnos como cuerpo apostólico. Gracias a ellos y a sus comunidades este camino tuvo un comienzo y hoy simplemente tiene un continuar.
El envío y la presencia de Dios hará que este equipo, que podría parecer sólo técnico, se convierta en un verdadero equipo apostólico al servicio de la misión. Porque dar valor a la comunicación “no es sólo tarea de “entendidos” del sector, sino de toda la comunidad eclesial. Si las comunicaciones sociales comprenden todos los ámbitos de la expresión de la fe, es la vida cristiana en conjunto la que debe tener en cuenta la cultura mediática en la que vivimos”.
Este número de Revista CVX-E se ha convertido en un número de transición y sigue invitando a CVX-E a reflexionar sobre el cuerpo apostólico, sobre la familia, el laicado, las cosas pequeñas de la vida convertidas en relatos...
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