Lo existente no es suficiente para prevenir el fundamentalismo y la manipulación. Urge intensificar la creatividad de la sociedad seglar para formar más plazas en la arquitectura eclesial. Hay distintas redes, pero pilotadas desde un lado del camino; urge habitar también el medio del camino: que no anule las pertenencias primarias pero avive la sensatez en común. La crisis en la Iglesia es de pertenencia y participación. Hay cada vez más cristianos que no encuentran hogar de fe: requerimos una pastoral más creativa en las encrucijadas de la historia y en los cruces de cada historia. ¿Hay algún lugar en medio de esos caminos donde puedan encontrar referencias y puertas abiertas para deliberar, servir y celebrar? Es necesaria una generación de cristianos que ni excluyan ni dejen excluir; que reabran las fuentes de un nuevo pensamiento; que abran estancias donde los laicos puedan encontrar puente, templo y hogar. ¿Sería posible una fraternitas así? Urge recobrar el espíritu peregrino de las órdenes hospitalarias y salir al medio del camino.
Por Fernando Vidal cvx, publicado en Vida Nueva
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