Ciertamente, los jesuitas no habían estado esperando al decreto para comenzar la colaboración de distintas formas, ya fuera uniéndose a otros en su misión o pidiendo a gente cooperar con la misión de la Compañía. El decreto de la GC34 intentaba movilizar a los jesuitas de todo el mundo, haciendo de la colaboración con otros una de las dimensiones esenciales de nuestro modo de proceder.Hoy, en el año 2008, la Congregación General 35 quiere confirmar esta dimensión con otro decreto, que se ha dividido en dos secciones. La primera sección intenta expandir el impulso dado por la anterior Congregación, en tanto que nuestra colaboración con otros no se refiere necesariamente a los laicos, sino también a gente de otras religiones, hombres y mujeres de buena voluntad que quieran trabajar por un mundo en el que predomine la paz y la justicia.La segunda sección de este decreto da algunas instrucciones sobre cómo proceder en esta colaboración. Estas instrucciones se refieren a tres campos en los que la puesta en práctica del decreto de la anterior Congregación presentó algunos problemas:
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