- Hoy, nosotros, como en otro tiempo le ocurrió a la samaritana,sabemos que sólo puede encontrarse contigo quien tiene verdadera "hambre y sed de ti", quien desde su propia necesidad busca en tu vida y tus palabras el sentido de su vida , de su trabajo y de sus días.
- Lo tremendo de nuestro encuentro contigo es que estamos ya acostumbrados a considerarnos creyentes, estamos acostumbrados a cruzarnos con infinidad de hombres y, como fruto de nuestras costumbre, no te descubrimos en nuestro camino.
- Ésta es nuestra súplica esperanzada hoy: danos fe y sensibilidad para comprender que tu vida y nuestra vida se encuentran en cada momento, si nosotros queremos; y ayúdanos a comprender las exigencias que nacen diariamente de nuestro encuentro contigo.
- Ayúdanos a descubrirte en el necesitado que se cruza en nuestro camino. Que nuestra vida, nuestra fe y nuestro a los demás no sean ya costumbre.
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