¿Tienen las religiones todavía algún papel en el discurso de la bioética? ¿Cómo conjugar una bioética civil o secular con una bioética de inspiración religiosa?, ¿Por qué excluirlas del debate? ¿No tienen algo que decir las religiones a la bioética sobre la manera de vivir, crecer, nacer, morir, sufrir, envejecer? Se pregunta Javier de la Torre, el director de la Cátedra de Bioética de la universidad jesuita Comillas (Madrid) que celebra este año su veinte aniversario. De forma muy resumida responde: “Todos los hombres pueden reconocer que lo divino y el sentido de lo religioso juegan un papel importante en la forma de situarse el hombre ante el sufrimiento, la enfermedad o la muerte; que la religión puede plantear visiones alternativas a las dominantes, que ayuda a fundar la incondicionalidad de la moral, que aporta máximos a los mínimos de justicia en nuestra sociedad, que ayuda a superar los límites estrechos del principalismo y del entusiasmo tecnológico, sin necesidad de que muchas personas tengan que asumir las creencias religiosas o la confianza en una realidad última divina”.
0 comentarios:
Publicar un comentario