“Todo el cristianismo es una Presencia, una Presencia que es un Presente, un regalo y una luz. Se trata de dejar resplandecer una Presencia, de dejarla transparentarse y de presentarla “graciosamente”, sin decir nada (...) Se trata de rodear a cada uno de honor y crear a su alrededor ese espacio de luz y de respeto que le permitirá descubrir, en el centro de él mismo, el amor que en vano buscaba fuera y le estaba esperando dentro. ¿Quién podrá resistir a esa Presencia?” (M. Zundel)
Publicado en Vocaciones Jesuitas
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